¿No te has levantado esta mañana y te apretaba un poco más el cuello de la camisa? ¿Tu habitación parecía más pequeña de lo habitual? Tranquilo! El mundo no está menguando. Se debe a que una vez más nuestro gobierno, ese que mira por nuestros intereses, ha dado una nueva vuelta de tuerca. En un alarde de malabarismo mediático-legislativo ha conseguido cerrar un poco más su control sobre la sociedad.
Y es que ayer se aprobó la "famosa" ley Sinde. Sin más alardes, sin discursos durante una entrega de premios. De una forma discreta y sin llamar la atención. Camuflada dentro de una ley para la economía sostenible. Acompañada de una ley sobre centrales nucleares que desviara la atención. La ley Sinde que hace unos meses fué rechaza ha sido al fin aprobada con el apoyo de PSOE, PP y CiU.
De nada ha servido la protestas de grupos de internautas, ni la dimisión del presidente de la Academia de Cine. Una vez más el dinero triunfa. Y todo esto ocurre sin que los medios de comunicación, los primeros que deberían estar interesados en la libertad de expresión, le hayan dedicado más de 1 minuto en un informativo ni una sóla portada de un periódico. Hoy me he sorprendido de que los escandalos de un presidente italiano acaparen más tiempo de emisión que la aprobación de una ley que en su momento fué rechazada ante la fuerte protesta ciudadana. Eso nos demuestra como este gobierno tan democrático que elegimos en las urnas al final hace lo que quiere y protege a quien tiene el dinero y no a los ciudadanos que supuestamente son los que mediante sus votos lo colocaron en el poder.
Hoy es un día triste. Los ricos son un poco más poderosos, el gobierno nos controla un poco más e internet es un poco menos libre.
